domingo, 11 de enero de 2009

EL DIAMANTE AZUL Continuación

Pues aquí seguimos con la continuación de EL DIAMANTE AZUL.
Desde antes de empezar a escribir decidí hacer una especie de GLOSARIO, con los términos, mitología y demás cosas del mundo que habita Gael... Deseo que se expanda cual Tierra Media JE JE.

En el glosario que espero poder ofreceros pronto, ya que como no puedo subir archivos a este blog he de buscar otro hosting y linkear, hay información que expande de una manera, es mi parecer, "bigbangniana" ¿¡qué palabro!? el universo que si mal no recuerdo tiene nombre... Le puse nombre pero en las notas que dispongo no lo encuentro (que cabeza la mia)

Bueno, en definitiva, os dejo con una pequeña continuación de EL DIAMANTE...

"Y muy lejos de allí, concretamente al sur muy al sur en la pequeña, y para muchos inexistente, isla de Isala, dos jóvenes gnomos vivían en desacuerdos con su mundo, condenados al estudio de su tierra y su historia. Una de las cosas que menos les gus-taban, los jóvenes esclavizados por la tradición deseaban vivir aventuras fuera de los territorios de los gnomos, aullaban por algo de acción, amaban el desconcierto que pro-duce la ignorancia, querían volver a maravillarse con la belleza del mundo.
-¡Por el Dios de los cielos!-aulló Vadid lanzando a la otra parte de la mesa uno de los manuscritos.-Estoy ya harto de tales relatos: Plantas medicinales, historia antigua, genealogía, todo lo hemos estudiado desde nuestro nacimiento y por el Dios de los cie-los nuestro padre no nos salir más allá de estas costas.
-Si tu estúpido deseo de luchar no hubiera florecido, nuestro padre nos respetaría ahora y no tendríamos que rogarle cada vez que deseamos ir a las playas del sur de la isla.
-Sin ese estúpido deseo ¡hermanito! no hubieras salido de los territorios de las minas ¡je, je!-se vanaglorió Vadid.
-¡¡Incompetente testarudo!!-gritó Luar tirando por todo el suelo los pergaminos que había en la mesa.
Los gemelos deslizaron la cabeza hacia la ardiente chimenea que presenciaba la contienda, uno de los manuscritos rodaron por el suelo y se deslizaba despacio hasta caer en las chisporroteantes brasas. Los hermanos gritaron al unísono y se abalanzaron sobre el papel, lo cogieron a la vez y soplaron apagando las llamas que lo cubrían.
-Es mío-decía Luar tumbado en el suelo con las dos manos asiendo fuertemente el chamuscado pergamino.
-Yo lo he apagado antes, ahora lo tengo yo-replicaba su hermano también aga-rrando el papel.
-Comportaos como lo que sois-aulló una voz desde la puerta. Los hermanos gira-ron la cabeza y vieron la reluciente corona y la nívea barba de rey.-Vosotros sois los gnomos más famosos de toda nuestra historia y os comportáis como simples Sporadicus sin mente.
Los gemelos se levantaron raudos, se atusaron un poco y se limpiaron el polvo de las ropas.
-Mirad-sentenció el viejo gnomo señalando la vestimenta de los jóvenes-Sois como los cerdos que criamos en las granjas, sois aquello que ya no es recordado por nuestros más ancestros. Vuestra actitud es francamente reprochable. Ni el gnomo más pobre se comportaría de tal manera.
Mientras el rey gnomo les relataba la acostumbrada retahíla, los gemelos inten-taban esconder tras de sí el quemado manuscrito.
-¿Por qué hacéis que me iracunde cada vez que intento hablar con ustedes? ¿Decídmelo ahora que nadie nos escucha? Hablad por aquellas bocas que hacen que las jóvenes se postren ante vos.
-¡Padre!-la voz de Vadid se convirtió en un hilillo-Estamos-Luar le dio con el codo y éste rápidamente rectificó-ESTOY harto de como nos trata, tenemos más de cien ciclos y muchos de nuestros documentos-dijo cogiendo de la mesa un puñado de ma-nuscritos,-son esenciales para todas las razas...
-NO permitiré que volváis a poner en peligro a la corona con vuestro deseo de lucha-gritó el rey.
-Únicamente te importa la corona y tu reinado-aulló Vadid. En sus ojos había ira pero pudo ver en los ojos de su padre el dolor causado por aquellas palabras.-Lo siento- rectificó calmado.
-Echaría esta corona a las brasas que calientan esta habitación, si con ello supiera que estaríais seguro. Hijo no deseo que vuelva a ocurrir lo mismo que pasó en los territorios de las minas.
-¡¿Las Minas?! Las condenadas minas... fue hace mucho tiempo.


La cálida luz de la chimenea se disipó, el cuerpo inerte del estúpido humano en-torpeció la entrada de su asesino. Muchas espadas, hachas, mandobles y flechas se en-cendieron como antorchas con una luz casi celestial. La oscuridad se sumió dejando la única luz de las armas, los rojos ojos se deslizaron por la oscuridad y Gael notó un peso en su hombro, la fría mano lítica se posó en él.
-Si nos ayuda a destruir la oscuridad que se cierne sobre nosotros hallará la in-formación que deseas-dijo la ronca voz.
Gael sintió un pinchazo en su pierna, notó como la sangre le fluía. Una ardiente flecha cruzó la oscuridad, el gemido de un mercenario acuchilló el silencio. Gael aceptó la oferta viendo como las armas de los demás danzaban solas. El elfo blandió el arma y notó como la hoja se hundía en la putrefacta carne de un Sporadicus.
En la oscuridad los ojos entrenados de un elfo no servían para nada, pero sus oí-dos era tremendamente sensitivos. Las largas noches de los campos de batallas eran buen ejemplo de ello. A todos se les había quedado grabado a fuego en su memoria, los gritos de los prisioneros capturados por el día. Y cuando despuntaba el sol, cuerpos desmembrados empalados en gigantescas estacas de madera, cráneos partidos por mazas pintadas de rojo con la sangre de sus víctimas, caras de espanto y terror petrificadas por con el miedo a sus enemigos.
La luz se hizo rápidamente, el elfo miró hacia arriba y todo el techo ardía como una tea, trozos de techumbre caían sepultando a los inútiles mercenarios. Gael miró hacia la puerta y una inmunda criatura bípeda, casi completamente inundada de pelo con colmillos hediondos, ojos inyectados en sangre roja y ríos de baba cual perro rabioso levantó un herrumbroso hacha por encima de su cabeza y asestó un hachazo en la espalda de un indefenso hombre. El Sporadicus rió como un cerdo, arrancando la hoja ensangrentada de la espalda del cuerpo partido del humano. Gael levantó su espada y con rápido movimiento partió por la mitad el cuerpo infestado de pelo, el hacha cayó al suelo con ruido sordo. Sus oídos captaron una respiración a su espalda, se volvió con la espada por encima de su cabeza y por el rabillo del ojo percibió un resplandor. Cogió el hacha del suelo y lo lanzó con toda la fuerza que pudo reunir, el arma voló por la habi-tación incrustándose en el pecho de otra inmunda sombra de la noche, de su boca salió sangre mezclada con baba. El elfo saltó hacia fuera de la taberna, bloqueó con su espada varias flechas ardiendo y destrozó con ella varios cuerpos de Sporadicus. El oído le vol-vió a avisar, pero esta vez era demasiado tarde. Consiguió bloquear varios hachazos de las sombras pero dos flechas se incrustaron en su carne élfica: una el hombro derecho y otra en el muslo izquierdo. De la boca de Gael no salió ningún sonido, arrancó un trozo de cada flecha y lo tiró al suelo. En su cara había ira. Cerró los ojos y se dejó llevar por el código del guerrero, ahora sus oídos eran su único sentido.

El gnomo incrustó sus pocas pertenencias en una vieja bolsa de piel de Dak, re-galo de un amigo como despedida por la vuelta a las nobles tierras de Isala, y se dispuso a partir fuera de sus campos maternos.
-Hermano que estáis haciendo. Sabéis que padre no os dejará salir de aquí.
-Aunque mis manos se manchen de sangre y el mismísimo dios baje para lavár-melas nunca dejara que salga de estas paredes.
-Sólo quiere protegernos del exterior.
-Únicamente es un viejo enfermo y amargado, tengo la suficiente edad como para valérmelas por mí mismo.
-¡Pero! ¿Y nuestra coronación? ¡Somos sus herederos!
-Eso me da igual, madre está llevando el reino muy bien-dijo cargándo sus pocas pertenencias a la espalda.-Además únicamente uno de nosotros puede reinar... o tú quieres ser la nueva reina."

Bueno... He recibido correos en los cuales se decía que el relato anterior y seguro, desgraciadamente este, tenía falta de ortografía. Puede que como hago un copy/paste del archivo de word muchos de los formatos se pierdan, no preocuparos que en vista de tales errores, en el mismo momento que consiga subir archivos, pondré íntegro el archivo de word, con el susodicho GLOSARIO y LISTA DE PERSONAJES.

No hay comentarios: